jueves, 18 de junio de 2015

El animal favorito del señor K.
Bertolt Brecht

Preguntado por su animal preferido, el señor K. respondió que el elefante, y dio las siguientes razones: En el elefante combinan la astucia y la fuerza física. La suya no es la escasa astucia necesaria para eludir una persecución o atrapar una presa, sino la astucia que tiene a su disposición la fuerza para realizar grandes empresas. Por donde quiera que pasa, este animal deja una huella bien visible. Tiene además buen carácter y sabe aceptar una broma. Es tan buen amigo como buen enemigo. Es muy grande y pesado y, sin embargo, es también muy rápido. Su trompa proporciona a un cuerpo enorme hasta los alimentos más pequeños: por ejemplo, nueces. Tiene orejas móviles: no oye más que lo que le conviene. Vive muchos años. Es muy sociable, y no sólo en su trato con otros elefantes. En todas partes se le ama y se le teme a un tiempo. Una cierta comicidad es la causa de que a veces incluso se le adore. Tiene una piel muy espesa: contra ella se quiebra cualquier cuchillo, pero su natural es tierno. Puede ponerse triste. Puede también enfadarse. Le gusta bailar. Se interna siempre en la espesura para morir. Le encantan los niños y otros animales de pequeño tamaño. Es gris y sólo llama la atención por su masa. No es comestible. Es buen trabajador. Le gusta beber y se pone alegre. Hace algo en pro del arte: proporciona marfil.


domingo, 7 de junio de 2015

La sabiduría del sabio reside en su actitud
Bertolt Brecht

La mayoría de nosotros identificamos a Brecht con el teatro. Sin embargo, ha sido un prolífico autor no solo de teatro, sino también de poemas, canciones y narraciones. Comunista convencido, aplicó el materialismo histórico y dialéctico a su labor artística para demostrar que el teatro y el arte en general no pueden ser imparciales, sino que están orientados por una determinada concepción del mundo. A continuación, un relato muy didáctico acerca del impacto que tiene en los demás una persona con verdadera convicción, la que va más allá del discurso y se evidencia en actitudes y hasta movimientos.

Una vez visitó al señor K. un profesor de filosofía, que se pasó todo el tiempo hablando de su propia sapiencia. Después de haberle aguantado un buen rato, el señor K. dijo a su visitante:
- No estás sentado a gusto, no hablas a gusto, ni piensas a gusto.

El profesor de filosofía se ofendió y dijo:
- No me interesan los comentarios sobre mi persona, sino sobre el contenido de mi discurso.
- Tu discurso -replicó el señor K.- carece de contenido. Te veo andar torpemente, y por más que te observo, no te veo llegar a ninguna parte. Te expresas con oscuridad, y por más que hablas, tus palabras no arrojan luz. Cuando veo tu actitud, deja de interesarme tu objetivo.


viernes, 6 de marzo de 2015

Reportaje al pie del patíbulo

La historia de esta obra es conocida: el 24 de abril de 1942, Fucik es capturado y torturado brutalmente por los nazis. Los sucesivos interrogatorios no consiguen que delate a sus camaradas. Paralelo a esto, uno de los carceleros le proporciona papel (unos dicen que higiénico; otros, papel para cigarrillo) y lápiz, a fin de que redacte un "reportaje" de lo que ocurre en la cárcel de Pankrac. Durante año y medio aproximadamente, Fucik redacta sus notas y el carcelero las pone a buen recaudo fuera de la prisión. Nueve de junio de 1943 es la fecha de la última entrega. El 25 de agosto es condenado a muerte por "alta traición", y el 8 de setiembre es ejecutado en la horca.


2013: 110º aniversario del nacimiento de Fucik. Concentración de militantes y simpatizantes ante su estatua en el cementerio de Praga

Terminada la Segunda Guerra Mundial, la viuda de Fucik recuperó las notas y publicó el "Reportaje" en 1947, que se constituyó en lectura obligatoria para la militancia izquierdista a nivel mundial.

Una vez caído el Muro de Berlín y derrumbada la Unión Soviética, Checoslovaquia se desmembró en dos: República Checa y Eslovaquia. En la nueva República Checa, la burguesía se hizo con el poder y comenzó el ataque a todos los símbolos comunistas, entre ellos Fucik y su obra. Esta fue sometida a severo escrutinio. Se pudo en duda su autenticidad y, por otro lado, se empezó a filtrar la idea de que Fucik había delatado a sus camaradas.

Las investigaciones recientes han puesto las cosas en orden:

* La obra es auténtica. El estilo de Fucik siempre se caracterizó por sus imágenes potentes, lenguaje preciso y, a la vez, emotivo.

* Los informes que se recuperaron de los nazis son claros: tras los primeros interrogatorios, Jaroslav Klecan (camarada Mirek) colaboró con las SS (tal como se señala en el "Reportaje") y de Julius Fucik no se pudo obtener información.

* La obra que todos conocemos omite un 2% de información, especialmente de las entregas finales, donde Fucik reconoce que, pasados los primeros interrogatorios, decidió realizar el "gran juego" con los nazis.

* El Comité Central del Partido Comunista Checo tenía como consigna que, si algún miembro era capturado, debía resistir por lo menos tres días a las torturas. En ese periodo, se daba tiempo a que los grupos se reorganizaran y se pusieran a salvo. Todo indica que Fucik cumplió con la consigna.

Fucik en la Unión Soviética

* Como único miembro sobreviviente del Comité Central reconstruido, Fucik manejaba información clasificada de todo el Partido. Mirek, asistente de Fucik, había delatado todo lo que concernía al trabajo con los intelectuales, pero desconocía las demás actividades. Rápidamente, los nazis se dieron cuenta de que Fucik era el hombre clave y que debían sonsacarle la información  a como diera lugar. 
Fucik, con conocimiento y aprobación de Jan Zika y Jan Cerny (los otros dos miembros del Comité Central reconstruido, detenidos un mes después, pero asesinados antes), decidió despistar a los nazis con información verosímil pero falsa ("gran juego"), para ganar tiempo y salvar la vida de sus camaradas, como en efecto ocurrió (esto se puede leer en la versión del "Reportaje" que todos conocemos, pero que no se entiende a cabalidad debido a la "censura" efectuada). Por un tiempo, Fucik recibió un mejor trato, inclusive fue Hausarbeiter (especie de amo de llaves de la cárcel), con lo que pudo ayudar directamente a los presos.
Finalmente, los nazis concluyeron que Fucik no les daba información verdadera y procedieron a sentenciarlo por "alta traición".

Fucik con su esposa Gusta

* La viuda de Fucik, a pedido de la editorial que publicó la primera edición, eliminó todos los pasajes sobre el "gran juego", así como aquellos que involucraban personajes que todavía no salían de la clandestinidad o sobre los que no se sabía con seguridad cómo habían actuado durante la invasión nazi.

* Testigos del juicio a Fucik señalan que se mantuvo firme en sus convicciones comunistas y aseguró a sus captores que el comunismo triunfaría sobre el fascismo. Y el día de su muerte, mientras lo llevaban a la horca, Fucik entonó a viva voz La Internacional, canto que fue replicado por los presos en toda la cárcel de Plötzensee (Berlín).

En el 2004, la editorial Orego, en cooperación con la Sociedad Checa "Julius Fucik", editó la versión completa del "Reportaje". Esta incluye el 2% omitido, notas y fotos.

Estatua de Fucik en Berlín

martes, 3 de marzo de 2015

Campos roturados, de Mijaíl Shólojov

"Campos roturados" se ubica dentro de lo que los críticos llaman "realismo socialista". Pero, más allá de las categorías y denominaciones, se debe convenir en que "Campos roturados" es una gran novela. En ella, Shólojov demuestra el dominio que tiene sobre uno de los aspectos más difíciles de la creación novelística: los diálogos. Son ellos, naturales y sin artificio, como si escucháramos a los personajes hablar delante de nosotros, los que nos transmiten la fuerza de la lucha que se está librando en la construcción de la sociedad socialista. Asimismo, nos muestran al ser humano en toda su magnitud: con grandezas y debilidades, dudas y seguridades, avances y retrocesos.


"Campos roturados" se ubica en el periodo de colectivización agraria que se realizó en la naciente URSS (1928-1933). Este proceso fue empujado por 25 000 obreros, militantes comunistas, quienes, por decisión del PCUS, se trasladaron a las diversas zonas agrícolas del país. El proceso no fue fácil, como no lo podía ser desarraigar costumbre ancestrales, y a la vez que se combatía contra los "blancos" revolucionarios (guerra civil), había que avanzar en un proceso que se realizaba por primera vez en el mundo. Es así que, con "Campos roturados", Shólojov muestra la grandeza de la causa comunista y de los obreros y campesinos que se comprometieron con ella.

A través de Kondrat Maidánnikov, Ippolit Shali y el abuelo Schukar, Shólojov caracteriza las diferentes formas en las que el pueblo cosaco (campesinos pobres y medios) entendió la construcción de la nueva sociedad. Cómo, ese pueblo dotado de una inmensa sabiduría, supo congeniar sus costumbres ancestrales con el nuevo Poder soviético, que les exigía romper con sus rasgos individualistas y de pequeños propietarios en función del bien común.

A pesar de que se ha mencionado que Shólojov era estalinista, "Campos roturados" es crítica respecto del naciente burocratismo que se estaba instalando en el PCUS a partir del arribo de Stalin a la máxima dirección. Aquí debemos detenernos.

La exaltación de la figura del líder como "padre" es común en todos los pueblos campesinos. Lo observamos en las comunidades andinas que llaman "taita" al señor que se presenta como el líder, el sabio, el poderoso. En la URSS también se observó con Lenin, a quien llamaban "padrecito". Y también se observó con Mao en China, a quien igualaron con el Emperador. En ese sentido, la figura del "padrecito" Stalin no es novedad. Es algo espontáneo en los pueblos, evidencia de su idiosincracia. Sin embargo, los comunistas sabemos que esas creencias son, finalmente, nocivas, pues contribuyen a la exaltación del individuo y a la disolución del colectivo.

En "Campos roturados", la figura de Stalin se hace presente en el hombre del koljós de Gremiachi Log, y en las directivas que bajan del CC del PCUS y que se opondrían entre sí, a pesar de haber sido redactadas, supuestamente, por el propio Stalin. Sin embargo, lo que Shólojov refleja es la lucha interna que se estaba librando al interior del PCUS antes del control total tomado por Stalin. Esta lucha interna se daba en todos los niveles del partido: en la cabeza, que daba directivas contradictorias; en los soviets, donde los acomodaticios bloqueaban y hasta castigaban cualquier iniciativa propiamente comunista pero que iba en contra del "jefe máximo", mientras que practicaban una línea flexible contra los "blancos" contrarrevolucionarios; en las células de los pueblos, donde la pugna estaba entre quienes querían cumplir a rajatabla lo que decía el Poder soviético encarnado en Stalin y aquellos que se daban cuenta de que había que aplicar las enseñanzas dejadas por Lenin ("un paso atrás, dos adelante").

Shólojov es especialmente crítico con todos los elementos acomodaticios que, a través de un comportamiento adulón y sinuoso, lograron situarse en puestos de poder dentro del PCUS y a partir de ahí empezaron a boicotear -consciente e inconscientemente- la construcción del socialismo. De manera indirecta, esta es una crítica al Partido, que permitió la ascensión de tales elementos.


Yakov Lukich y el oficial Sedói son casos de personajes que boicotearon conscientemente. Supieron ocultar bien su pasado contrarrevolucionario, se hicieron pasar por personas a favor del socialismo y una vez en el poder no dudaron en hacer el máximo daño posible (complots, robos, crímenes). Polianitsa es el caso del que hace daño de manera inconsciente. Obrero fogueado en la Revolución de Octubre, cree que el tiempo de la lucha ya pasó y que ahora le toca cobrarse lo brindado. Es así que se acomoda con facilidad a la vida muelle del jefe que manda sin ensuciarse y las decisiones que toma están todas orientadas a conservar el nuevo estatus alcanzado. En ese estado de cosas, pululan los sobones, los intrigantes, los saboteadores, es decir, la contrarrevolución enmascarada.

Pero así como hay estos especímenes, existen los que se han entregado por completo a la causa y luchan a brazo partido por poner en práctica las directivas del PCUS, aplicando lo mejor que pueden la línea comunista, inclusive yendo en contra de algunas orientaciones excesivamente rígidas, o muy blandas, del Partido. Tenemos a Davídov, Nagúlnov, Razmiótnov, Nesterenko, los komsomoles. Todos ellos, militantes comunistas profundamente convencidos de la justeza de su causa. Y si bien cometen errores, están para ayudarse y enrumbar el camino. Pues, como afirma Nesterenko: "Nosotros, los comunistas, como soldados de una misma compañía, no debemos perder nunca el sentido de la camaradería".

Finalmente, Shólojov refleja el costo humano que implicó la construcción del socialismo en la URSS. Solo Razmiótnov logra quedar con vida después de la lucha contra los "blancos" y de la dura implementación de los koljoses. Mientras los acomodaticios viven confortablemente gracias a los cargos en los que se han situado, los comunistas de verdad son asesinados o mueren por enfermedades que atacan sus cuerpos minados por el trabajo sin descanso.

Pero así como unos mueren, otros se suman a la causa comunista, garantizando el inevitable triunfo final.

domingo, 11 de enero de 2015

Juan Gonzalo Rose

Juan Gonzalo Rose era muy joven cuando se introdujo en la política, al poco tiempo de ingresar a la Universidad de San Marcos. La Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) fue el primer partido al que perteneció, en su lucha por encontrarse en las causas sociales. Juan Gonzalo era un hombre histriónico, sensible, entrañable; sus amigos lo describen como una persona brillante, comprometida con su partido.

Pero la APRA, que entonces estaba próxima a convertirse en el partido que hoy conocemos, se alejaba lentamente de los ideales que defendía en un inicio. El poeta no pudo soportar que, al llegar una delegación de puertorriqueños a nuestro país en una gira de propaganda a favor de su independencia, los líderes de la APRA los acusaran de comunistas y se resistieran a apoyar su lucha. El vate creía en la causa que los visitantes defendían, y no toleró la indolencia de sus copartidarios. Renunció y se enlistó en la Juventud Comunista.

En 1950 fue expatriado. Odría ya lo había encerrado con anterioridad, optó por desterrarlo a México, país que albergaba a cientos de opositores argentinos, chilenos, cubanos y peruanos. En Distrito Federal se reencontraron comunistas y apristas. Si bien la brecha ideológica los separaba, la soledad en una ciudad ajena los convertía en compañeros de la nostalgia.

Luis de la Puente Uceda, quien luego fundaría APRA Rebelde, era uno de los peruanos en esa ciudad. El sanmarquino Juan Pablo Chang Navarro, quien luego murió en 1967 junto a Ernesto "Che" Guevara en territorio boliviano, también pisaba México  obligado por el gobierno peruano. "Destierro o cárcel", le habrían ofrecido. Eligió, como es lógico, la primera opción. El escritor Manuel Scorza, Gustavo Valcárcel y su esposa, Violeta Carnero, e Hilda Gadea, aprista y primera esposa del "Che", conformaban el clan peruano en México.


Víctor Raúl Haya de la Torre había llegado a México a reunirse con un viejo líder del Partido Comunista del Perú, Eudocio Ravines, y a conversar con los miembros de su partido. En una reunión previa, donde estaban presentes los peruanos desterrados, coincidió con Juan Gonzalo Rose. el primero fue frontal y, como era su estilo, lo encaró. Era sabido que Rose, al salir de la APRA, se refería a los apristas con palabras de grueso calibre y los acusaba de ir en contra de los intereses del pueblo. Haya de la Torre caminó hasta el asiento del poeta y, con desaprobación, como quien le habla a un traidor dándole una lección de fidelidad, le dijo: "Usted fue aprista".

Juan Gonzalo lo miró con esa paz sin tregua que transmitía su rostro incluso en los momentos de soledad o confusión y le respondió, sin siquiera haberlo pensado demasiado, como quien tenía la respuesta guardada en algún rincón de la boca desde hace varias horas. Fue entonces que le dijo: "Usted también, ¿verdad?".

Otro episodio particular que tiene a Juan Gonzalo Rose como protagonista es durante la inauguración de un local cultural que servía, además, como fachada del Partido Popular Cristiano. Esa noche se iba a develar el retrato de José Carlos Mariátegui, realizado por la pintora Etna Velarde, y él, como se había hecho costumbre, era el maestro de ceremonias.

Esa noche estaban presentes la viuda del pensador socialista, Ana Chiappe, y, en representación de sus hijos, asistió Sandro Mariátegui Chiappe, quien no siguió los pasos socialistas de su padre y se enlistó en Acción Popular, partido del que era dirigente. Incluso llegó a ocupar cargos ministeriales en los dos gobiernos de Fernando Belaunde Terry.

Pero esa noche, al develarse el retrato del Amauta, Sandro no pudo controlar su molestia y, mirando con enojo a los presentes, principalmente a Rose, que era el anfitrión, dijo: "Este no se parece a mi padre". "Tú tampoco", le espetó Juan Gonzalo.

Tomado de:
Diario 16, 19 de marzo de 2013.
Artículo escrito por Milagros Olivera

lunes, 8 de diciembre de 2014

FABULAS CHINAS (3)

La parábola del estudio

Ya tengo setenta años -dijo el duque Ping de Jin a su músico ciego, Shi Kuang-. Aunque quisiera estudiar y leer algunos libros, creo que ya es demasiado tarde.
- ¿Por qué no enciende la vela? -sugirió Shi Kuang.
- ¿Cómo se atreve un súbdito a bromear con su señor? -exclamó el duque enojado.
- Yo, un músico ciego no me atrevería -protestó Shi Kuang-. Pero he oído decir que si un hombre es devoto al estudio en su juventud, su futuro es brillante como el sol matinal; si se aficiona al estudio en su edad media, es como el sol de mediodía; mientras que si comienza a estudiar de viejo, es como la llama de la vela. Aunque la vela no es muy brillante, a lo menos es mejor que andar a tientas en la obscuridad.
El duque estuvo de acuerdo.


El ciego y el cojo

Cierto país fue invadido por el enemigo. Cuando un cojo se lo comunicó a un ciego, éste se cargó al cojo a sus espaldas y escaparon juntos. Lo hicieron aprovechando lo mejor de cada uno.

sábado, 28 de junio de 2014

FÁBULAS CHINAS (2)


¿Quién es el más hermoso?

Zou Ji, del Reino de Qi, tenía seis pies de altura y una figura esbelta. Una mañana se vistió elegantemente, y se contempló en el espejo.
- ¿Quién es el más hermoso? -preguntó a su mujer-, ¿el señor Xu, de la ciudad del norte, o yo?
- Tú eres tan hermoso -contestó su mujer-, ¿cómo puede el señor Xu comparársete?
Pero ya que el señor Xu de la ciudad del norte era tan famoso en todo el país, por lo bien parecido, Zou Ji no creyó del todo a su mujer. Repitió la pregunta a su concubina.
- ¿Cómo se puede comparar al señor Xu contigo? -exclamó la concubina.
Más tarde, aquella mañana, llegó un visitante y Zou Ji le hizo la pregunta.
- Ud. es con mucho el más hermoso -replicó este hombre.
Al día siguiente, llegó el señor Xu en persona. Tras un análisis cuidadoso, Zou Ji se convenció de que el señor Xu era mucho mejor parecido que él. Se estudió frente al espejo y no dudó que él era de los dos el más corriente.
Esa noche, en su lecho, llegó a la siguiente conclusión: mi mujer me dice que soy el más hermoso, porque me lisonjea. Mi concubina lo dice por temor. Y mi huésped lo afirma porque necesita algo de mí.



FÁBULAS CHINAS (1)

Entre los siglos III y IV a.e. y XVI y XVII la fábula china llegó a su apogeo. Durante el primer periodo, la dominación feudal de la dinastía Zhou comenzó a derrumbarse y los Estados subdivididos de China se invadieron los unos a los otros. La tierra podía ser vendida y comprada libremente y ciertos nobles se empobrecieron y se convirtieron en gentes sencillas, mientras algunas de estas últimas empezaron a asimilar cultura; por consiguiente surgió una gran cantidad de pensadores y políticos y se desarrolló una competencia entre diversas escuelas ideológicas. Esos pensadores y políticos no sólo habían asimilado la cultura antigua de China y poseían abundantes conocimientos de historia, sino que también visitaban a menudo diversos Estados, se ponían en contacto con las masas y estaban al corriente de la vida del pueblo, y de las fábulas -alegorías inspiradas en anécdotas de la vida y las leyendas históricas- que el pueblo usaba como una forma de comunicación. Por eso, al satirizar o censurar a los gobernantes, al disputar o polemizar con los sabios contemporáneos, al enseñar a sus discípulos, y hasta al escribir libros o doctrinas, usaron a menudo gran cantidad de fábulas populares para reforzar la  persuasión de sus doctrinas. De ellos Han Feizi, Zhuang Zi y Lie Zi fueron los que emplearon más fábulas. Claro está que las concepciones científicas de esos pensadores y políticos constituyeron el tesoro de la cultura antigua de China y alcanzaron lucimiento en la historia de China; y las fábulas que usaron esos sabios como medios de comunicación se conservaron y asimilaron después más ampliamente gracias a sus obras, y fueron empleadas en las luchas de la vida cotidiana. Eso ocurrió porque esas fábulas creadas y pulidas por el pueblo no sólo poseían un manifiesto colorido en las imágenes y un carácter típico en las ideas sino que también eran concisas, fáciles y comprensibles para las gentes.


El hombre que no vio a nadie (Lie Zi)

Había una vez un hombre en el Reino de Qi que tenía sed de oro. Una mañana se vistió con elegancia y se fue a la plaza. Apenas llegó al puesto del comerciante en oro, se apoderó de una pieza y se escabulló.
El oficial que lo aprehendió le preguntó:
- ¿Por qué robó el oro en presencia de tanta gente?
- Cuando tomé el oro -contestó-, no vi a nadie. No vi más que el oro.



Tres o cuatro castañas (Zhuang Zi)

Un amaestrador de monos, en el Reino de Song, era muy aficionado a estos animales y mantenía un gran número de ellos. Era capaz de entenderles, y los monos a él. Por supuesto, tenía que apartar una porción de la comida de su familia para dársela a ellos. Pero llegó un día en que no sobraba comida en casa y él quiso disminuir la ración de los monos. Temía, sin embargo, que no estuviesen de acuerdo con esto, y decidió engañarlos.
- Les daré tres castañas cada mañana y cuatro cada tarde -les dijo-. ¿Será suficiente?
Todos los monos se alzaron en señal de protesta.
- Bueno, ¿qué les parece entonces: cuatro en la mañana y tres en la tarde?
Los monos, esta vez, volvieron a ponerse en cuclillas, bastante satisfechos.

domingo, 18 de mayo de 2014

EL VIEJO TONTO

En cierto sector de la izquierda peruana se hace mención al "viejo tonto" cada vez que se quiere significar la persistencia que todo militante o revolucionario debe poseer para llevar a cabo su tarea revolucionaria. Lo que muy pocos saben es que "el viejo tonto" es uno de los personajes de una antigua fábula china escrita por Lie Zi (VII-V a.n.e. aproximadamente). Esta fábula, así como muchas otras, forman parte de la milenaria sabiduría popular china, la cual puso las bases para una mejor asimilación del materialismo dialéctico en China y, en cierto sentido, contribuyó en su enriquecimiento.



De cómo el viejo tonto removió las montañas

Las montañas Taihang y Wangwu tienen unos setecientos li(*) de contorno y diez mil ren(**) de altura.

Al norte de estos montes vivía un anciano de unos noventa años al que llamaban El Viejo Tonto. Su casa miraba hacia estas montañas y él encontraba bastante incómodo tener que dar un rodeo cada vez que salía o regresaba; así, un día reunió a su familia para discutir el asunto.

- ¿Y si todos juntos desmontásemos las montañas? -sugirió-. Entonces podríamos abrir un camino hacia el sur, hasta la orilla del río Hanshui.

Todos estuvieron de acuerdo. Sólo su mujer dudaba.
- No tienen la fuerza necesaria, ni siquiera para desmontar un cerrejón -objetó-. ¿Cómo podrán remover esas dos montañas? Además, ¿dónde van a vaciar toda la tierra y los peñascos?
- Los vaciaremos en el mar -fue la respuesta.

Entonces El Viejo Tonto partió con sus hijos y nietos. Tres de ellos llevaron balancines. Removieron piedras y tierra y, en canastos las acarrearon al mar. Una vecina, llamada Jing era viuda y tenía un hijito de siete u ocho años; este niño fue con ellos para ayudarlos. En cada viaje tardaban varios meses.

Un hombre que vivía en la vuelta del río, a quien llamaban El Sabio, se reía de sus esfuerzos y trató de disuadirlos.
- ¡Basta de esta tontería! -exclamaba-. ¡Qué estúpido es todo esto! Tan viejo y débil como es Ud. no será capaz de arrancar ni un puñado de hierbas de esas montañas. ¿Cómo va a remover tierra y piedras en tal cantidad?

El Viejo Tonto exhaló un largo suspiro.
- ¡Qué torpe es Ud.! -le dijo-. No tiene Ud. ni siquiera la intuición del hijito de la viuda. Aunque yo muera, quedarán mis hijos y los hijos de mis hijos; y así, sucesivamente, de generación en generación. Y como estas montañas no crecen, ¿por qué no vamos a ser capaces de terminar por removerlas?

Entonces El Sabio no tuvo nada que responder.

(*) 1 li = 1/2 km
(**) Ren es una medida de longitud de la China antigua. 1 ren equivale a 2 1/2 metros aproximadamente


viernes, 19 de abril de 2013

Mao Tse Tung entre la Poesía y la Revolución

Mientras en Moscú, tras la breve tregua de la "desestanilización", Shepilov resucitaba las infortunadas tesis estéticas de Jdanov sobre el Realismo Socialista, en China, empeñado en la búsqueda de lo que se llama la propia vía hacia la transformación social, Mao Tse Tung pronunciaba una frase que es suma y síntesis del espíritu que lo caracteriza en el conjunto de los dirigentes del mundo comunista. "Que todas las flores florezcan en China, que todas las escuelas rivalicen" -el lema cultural de la China actual- significaría que, en una palabra, la libertad del artista sería respetada en la vasta extensión de la patria de Confucio y Lao Tse. Según Mao, la renovación cultural de la China implica fundamentalmente la introducción de obras extranjeras, la traducción al chino moderno de las obras antiguas, la competencia en el plano de las ideas y la unificación de los dialectos regionales en un idioma amplio y eficaz.


Que Mao y sus colaboradores no asuman las fanáticas actitudes de sus camaradas rusos o húngaros, se explica bien: se trata, en primer término, de la secular sabiduría china, serena y desapasionada, y en segundo lugar, de la condición de poeta que, junto a la de estratega y a la de estadista, exhibe el propio Mao. "Los poemas de la arena y el viento" es el título de la obra poética más conocida de Mao Tse Tung, pero en revistas literarias y en manuscritos otras creaciones circulan entre los aficionados. Lírico por excelencia, situado en la tradición de los clásicos, pero sin rehuir los elementos que le proporciona su sensibilidad de hombre del siglo XX, protagonista del drama político y social en que su pueblo está comprometido, el jefe chino canta cada vez que vive una experiencia emotiva.

Un poema que se ha hecho célebre es el que se titula "La nieve". La circunstancia en que fue escrito es curiosa. En 1945, cuando negociaba con su rival Chiang Kai Chek, tuvo Mao que subir, por primera vez, a un avión D.C.4, puesto a su disposición por la embajada norteamericana. Tal fue su impresión al ver el territorio chino desde la altura que, en pleno viaje, compuso el que es hoy uno de los poemas más populares de su obra. Basta leerlo para verificar cuán lejos está esa página de las muletillas con que los directores intelectuales de Moscú atosigan a los literatos rusos. Helo aquí:

Todo el paisaje del Norte
Está encerrado en mil "li" de hielo
Y diez mil "li" de torbellinos de nieve.
Miro al mismo tiempo ambos lados de la Gran Muralla...
Siento un vasto transtorno.
En los canales superiores e inferiores del Río Amarillo
Ya no se puede ver correr el agua.
Las cordilleras son serpientes de plata que danzan,
Las colinas son elefantes que brillan sobre las llanuras.
Quisiera medirme con los cielos.
Tan encantadora es la tierra
Que parece una muchacha de rostro rosado y blanco traje,
Y tal es el prodigio de sus montañas y sus ríos
Que necesita de innumerables héroes que rivalicen persiguiéndola.
Los emperadores Shih Huang y Wu Ti eran apenas cultos.
Los emperadores Tai Tsung y Tai Tsu no eran hombres sensibles.
Gengis Khan no sabía sino dirigir su arco contra las águilas.
Todos ellos son el pasado: sólo hoy existen hombres de corazón.

Sencillez y profundidad, en verdad. Tal como en sus discursos sobre el arte y la misión del artista, las palabras parecen manifestar ahí el deseo de hacer valer la belleza al lado de las necesidades perentorias de la hora. A Mao Tse Tung teórico pertenecen también los principios siguientes: "Evidentemente, la naturaleza es la única fuente de las formas idealizadas de la literatura y el arte, y la naturaleza es infinitamente más viva, fuerte y rica de contenido que el arte. Sin embargo, el pueblo necesita de arte, y no de naturaleza. ¿Por qué? Porque las creaciones del arte son más sistemáticas, más condensadas, más típicas y, en fin, más universales". A los poetas se les acusa de no ser prácticos, de "estar en las nubes", pero la de China es una revolución hecha, según se desprende de lo que antecede, por un poeta. Un poeta que quiere que, mientras su país se incorpora al mundo moderno de la producción industrial y de la pujanza económica, en él "florezcan todas las flores y todas las escuelas compitan".



Sebastián Salazar Bondy
Tomado de: Revista Literatura, Nº 1, febrero 1958

sábado, 10 de diciembre de 2011


PAUL ELUARD

Una de las principales propiedades de la poesía es la de producir en los hipócritas una mueca que los desenmascara y permite juzgarlos… Porque ella tiende, con sus imágenes extralúcidas, sus imágenes claras como el agua de la montaña, evidentes como el agudo grito de los huevos rojos, a la comprensión perfecta de lo inhabitual y a su utilización contra los estragos de la explotación maligna de la estupidez y de cierta clase de sentido común. Porque ella milita por un nuevo régimen, el de la lógica identificada con la vida, no como una sombra sino como un astro.

Mi orgullo consiste en no conocer más hombres que los que aman tanto como yo esta poesía específicamente subversiva, color de porvenir.

P.É.


Eugenie Grindel, conocido literariamente por su seudónimo de Paul Éluard, nació en Saint – Denis, Sena, Francia, el 14 de diciembre de 1895. Tras haber residido en París durante algunos años, se trasladó a Suiza en 1912, para tratarse de la tuberculosis que lo aquejaba, allí fue donde conoció a Gala, primera inspiradora de sus poemas de amor. Posteriormente combatió en la Primera Guerra Mundial y en 1917 publica su primer trabajo El deber y la inquietud, en el cual manifestaba sus ideales pacifistas. En la misma línea compuso Poemas para la paz publicada en 1918. Una vez finalizada la contienda comenzó a frecuentar los círculos poéticos vanguardistas. Primero dadaísta, en obras como Le devoir et L `inquétude (1917). Se convirtió después en una de las figuras clave del surrealismo, con Mourir de nepasmourir (1924); Les dessous d `une vie oupiramedehumaine (1926); La vie immédiate (1932); En su colaboración con André Bretón y Louis Aragon desarrolló notables técnicas verbales de carácter experimental, así como teorías sobre la libertad del proceso de creación y sobre la relación entre lo onírico y lo real. De tales experiencias nacieron Capital del dolor (1926), que supuso su consagración; La Rose publique (1934); y Les yeuxfortiles (1936). También escribió Cours Naturel(1938), obra escrita durante la guerra civil española y está llena de connotaciones políticas.

Durante la segunda guerra mundial fue el cantor de la Resistencia, y el ambiente de la época de la ocupación alemana se percibe en Poesie et verité (1942) y Au rendez –vousallemandk (1945). Después de la liberación y adherido al Partido Comunista, volcó toda su actividad poética en la denuncia social y en la afirmación de una felicidad posible dentro de un mundo transformado y fraternal. Tales presupuestos impregnan sus últimas obras: Poesieinterrompue (1946); Poemas politiques(1948); Une lecon de norale (1949); Pouvoirtoutdire (1951); Le Phénix (1952). Póstumamente, en 1953, se publicó un volumen con sus poemas inéditos.

Paul Éluard murió el 18 de noviembre de 1952 en la localidad francesa de Charenton-le-Pont, en el departamento de Sena.


EL ESPEJO DE UN MOMENTO

Disipa el día,
Muestra a los hombres las imágenes desligadas de la apariencia,
Quita a los hombres la posibilidad de distraerse,
Es duro como la piedra,
La piedra informe,
La piedra del movimiento y de la vista,
Y tiene tal resplandor que todas las armaduras y todas las máscaras
quedan falseadas.
Lo que la mano ha tomado ni siquiera se digna tomar la forma
de la mano,
Lo que ha sido comprendido ya no existe,
El pájaro se ha confundido con el viento,
El cielo con su verdad,
El hombre con su realidad.

Capital del dolor, 1926.

LA CURVA DE TUS OJOS


La curva de tus ojos da la vuelta a mi corazón.
Una ronda de danza y de dulzura,
aureola del tiempo, nocturna y segura cuna
y si ya no sé todo lo que he vivido
es que tus ojos no me vieron siempre.

Hojas de día y espuma de rocío,
cañaveral del viento, sonrisas perfumadas,
alas cubriendo el mundo de luz,
barcos cargados con el cielo y con el mar,
cazadores de los ruidos, fuentes de los colores.

Perfumes nacidos de un enjambre de auroras
que yace siempre sobre el heno de los astros,
como el día depende de la inocencia,
el mundo entero depende de tus ojos puros
y toda mi sangre fluye en sus miradas.

Capital del dolor, 1926.




SUS OJOS SIEMPRE PUROS

Días de lentitud, días de lluvia,
Días de espejos rotos y de agujas perdidas,
Días de párpados cerrados en el horizonte de losmares,
De horas todas iguales, días de cautiverio.

Mi espíritu que brillaba aún sobre las hojas
Y las flores, mi espíritu está desnudo como elamor,
La aurora que él olvida le hace inclinar la cabeza
Y contemplar su cuerpo obediente y vano.

Sin embargo, yo he visto los más bellos ojos delmundo,
Dioses de plata sosteniendo zafiros en sus manos,
Verdaderos dioses, pájaros en la tierra
Y en el agua, los he visto.

Sus alas son las mías, nada existe,
Sólo su vuelo que sacude mi miseria,
Su vuelo de estrella y de luz,
Río, llano, roca, su vuelo,
Las olas claras de sus alas,

Mi pensamiento alzado por la vida y la muerte.

Capital del dolor, 1926.



LA VICTORIA DE GUERNICA

I

Buena sociedad de las casuchas de las noches y los campos

II

Caras buenas al fuego caras buenas al frío A las negaciones a la noche a las injurias a los golpes

III

Caras buenas para todo He aquí el vacío que los fija Su muerte va a servir de ejemplo

IV

La muerte corazón volcado

V

Les han hecho pagar el pan El cielo la tierra el agua el sueño Y la miseria De sus vidas

VI

Decían desear la buena inteligencia Racionaban los fuertes juzgaban a los locos Daban la limosna partiendo un centavo a la mitad Saludaban a los cadáveres Estaban llenos de cortesías

VII

Perseveran exageran no son de nuestro mundo

VIII

Las mujeres los niños tienen el mismo tesoro De hojas verdes de primavera y de leche pura Y de tiempo En sus ojos puros

IX

Las mujeres los niños tienen el mismo tesoro En los ojos Los hombres lo defienden como pueden

X

Las mujeres los niños tienen las mismas rosas rojas En los ojos Cada uno muestra su sangre XI El miedo y el coraje de vivir y de morir La muerte tan difícil y tan fácil

XII

Hombres para los que este tesoro fue cantado Hombres para los que este tesoro fue perdido

XIII

Hombres reales para los que la desesperación Alimenta el fuego que devora la esperanza Abramos juntos el último brote del futuro

XIV

Apostó la muerte la tierra y el horror De nuestros enemigos tienen el color Monótono de nuestra noche Nosotros tendremos la razón.

Curso natural, 1938.




LIBERTAD

En mis cuadernos de escolar
en mi pupitre en los árboles
en la arena y en la nieve
escribo tu nombre.

En las páginas leídas
en las páginas vírgenes
en la piedra la sangre y las cenizas
escribo tu nombre.

En las imágenes doradas
en las armas del soldado
en la corona de los reyes
escribo tu nombre.

En la selva y el desierto
en los nidos en las emboscadas
en el eco de mi infancia
escribo tu nombre.

En las maravillas nocturnas
en el pan blanco cotidiano
en las estaciones enamoradas
escribo tu nombre.

En mis trapos azules
en el estanque de sol enmohecido
en el lago de viviente lunas
escribo tu nombre.

En los campos en el horizonte
en las alas de los pájaros
en el molino de las sombras
escribo tu nombre.

En cada suspiro de la aurora
en el mar en los barcos
en la montaña desafiante
escribo tu nombre.

En la espuma de las nubes
en el sudor de las tempestades
en la lluvia menuda y fatigante
escribo tu nombre.

En las formas resplandecientes
en las campanas de colores
en la verdad física.
escribo tu nombre.

En los senderos despiertos
en los caminos desplegados
en las plazas desbordantes
escribo tu nombre.

En la lámpara que se enciende
en la lámpara que se extingue
en la casa de mis hermanos
escribo tu nombre.

En el fruto en dos cortado
en el espejo de mi cuarto
en la concha vacía de mi lecho
escribo tu nombre.

En mi perro glotón y tierno
en sus orejas levantadas
en su patita coja
escribo tu nombre.

En el quicio de mi puerta
en los objetos familiares
en la llama de fuego bendecida
escribo tu nombre.

En la carne que me es dada
en la frente de mis amigos
en cada mano que se tiende
escribo tu nombre.

En la vitrina de las sorpresas
en los labios displicentes
más allá del silencio
escribo tu nombre.

En mis refugios destruidos
en mis faros sin luz
en el muro de mi tedio
escribo tu nombre.

En la ausencia sin deseo
en la soledad desnuda
en las escalinatas de la muerte
escribo tu nombre.

En la salud reencontrada
en el riesgo desaparecido
en la esperanza sin recuerdo
escribo tu nombre.

Y por el poder de una palabra
vuelvo a vivir
nací para conocerte
para cantarte
Libertad

Poesía y verdad, 1942.


LA BUENA JUSTICIA

La ardiente ley de los hombres
De la uva hacen vino
Del carbón hacen fuego
De los besos hacen hombres

La dura ley de los hombres
Quedar intacto a pesar
De las guerras y de las miserias
A pesar de los peligros de la muerte

La dulce ley de los hombres
Transformar el agua en luz
El sueño en realidad
Y los enemigos en hermanos

Una ley antigua y nueva
Que se va perfeccionando
Desde el fondo del corazón del niño
Hasta la razón suprema.

Poder decir todo, 1951



AVISO

La noche anterior a su muerte
Fue la más breve de su vida
La idea de que él aún existía
Le quemaba la sangre en las muñecas
El peso de su cuerpo lo hastiaba
Su fuerza lo hacía gemir
Y fue al final de ese pavor
Que él empezó a sonreír
No tenía un solo compañero
Sino millones y millones
Para vengarlo lo sabía
Y el día nació para él



Bibliografía:

ENCICLOPEDIA HISPÁNICA. Enciclopedia Hispanica Publisher, INC. (Tomo 5) 1992-1993.

BIOGRAFÍAS DE PERSONAJES Y SUS OBRAS. Tomo II. Cultural, S.A. 2001. Madrid.

PAUL ELUARD (ANTOLOGÍA POÉTICA). Selección y versión de Raúl Gustavo Aguirre y Rodolfo Alonso. Ediciones del mediodía, 1968, Buenos Aires.

POEMAS - PAUL ÉLUARD.(Edición bilingüe).Introducción y prólogo de Camilo Fernández Cozman. Dedocrítico Editores, 2005, Lima.

sábado, 1 de mayo de 2010


JOSÉ MARTÍ

José Julián Martí y Pérez, también conocido por los cubanos como El Apóstol, fue un político, pensador, periodista, filósofo,poeta y masón cubano, creador del Partido Revolucionario Cubano y organizador de la Guerra del 95 o Guerra Necesaria. El hecho de haber muerto en la batalla lo transformó en el mártir de las aspiraciones cubanas a la independencia.


Nació en la Habana, el 28 de enero de 1853, donde recibió su educación primaria. Fue discípulo de Mendive y de Luz y Caballero. A los 16 años por sus ideas revolucionarias fue condenado a seis años de prisión. Con la salud quebrantada, fue indultado y confinado en la isla de Pinos. Deportado a España en 1871, publicó El presidio político en Cuba, el primero de muchos folletos que abogaban por la independencia cubana de España y La República Española ante la Revolución Cubana. Terminó su educación en la Universidad de Zaragoza; donde en 1874 se licenció en Derecho y Filosofía y Letras. Años más tarde, vivió su destierro en Francia, en 1875 se trasladó a México donde se casó con Carmen Zayas Bazán, y en 1877 fue a Guatemala, donde enseñó por un tiempo en la Universidad Nacional.

Volvió a Cuba en 1878 pero fue desterrado nuevamente en 1879 por sus continuas actividades revolucionarias. Se trasladó a EE.UU. donde vivió entre 1881 y 1895 en Nueva York, ejerció el periodismo y fundó en 1892 el Partido Revolucionario Cubano, del que fue elegido delegado para la organización de la lucha independentista. Fue ese año cuando fundó su diario "Patria".


En 1895 en la isla de Santo Domingo redactó el Manifiesto de Montecristi, en el que predicó la guerra sin odio, y que firmó con Máximo General Gómez y Baez, el héroe de la independencia cubana. Desembarcó con éste en Playitas, en el este de Cuba, donde murió un mes más tarde, el 19 de mayo de 1895, durante una escaramuza con tropas españoles en Dos Ríos.

Como escritor Martí fue un precursor del modernismo iberoamericano. Sus escrituras incluyen numerosos poemas, "Ismaelillo" (1882), "Versos sencillos" (1891) y "Versos libres" (1892), la novela "Amistad funesta" (1885) y ensayos. En 1889 fundó y dirigió la revista para niños "La edad de oro" donde publicó un texto sobre San Martín. Se destacó por su estilo fluido, simple y su vívidas imágenes personales. Sus Obras Completas, formadas por 73 volúmenes, se publicaron desde 1936 a 1953.


A continuación algunos de sus poemas:


Odio la máscara y vicio
Del corredor de mi hotel:
Me vuelvo al manso bullicio
De mi monte de laurel.

Con los pobres de la tierra
Quiero yo mi suerte echar:
El arroyo de la sierra
Me complace más que el mar.

Denle al vano el oro tierno
Que arde y brilla en el crisol:
A mí denme el bosque eterno
Cuando rompe en él el Sol.

Yo he visto el oro hecho tierra
Barbullendo en la redoma:
Prefiero estar en la sierra
Cuando vuela una paloma.

Busca el obispo de España
Pilares para su altar;
¡En mi templo, en la montaña,
El álamo es el pilar!

Y la alfombra es puro helecho,
Y los muros abedul,
Y la luz viene del techo,
Del techo de cielo azul.

El obispo, por la noche,
Sale, despacio, a cantar:
Monta, callado, en su coche,
Que es la piña de un pinar.

Las jacas de su carroza
Son dos pájaros azules:
Y canta el aire y retoza,
Y cantan los abedules.

Duermo en mi cama de roca
Mi sueño dulce y profundo:
Roza una abeja mi boca
Y crece en mi cuerpo el mundo.

Brillan las grandes molduras
Al fuego de la mañana
Que tiñe las colgaduras
De rosa, violeta y grana.

El clarín, solo en el monte,
Canta al primer arrebol:
La gasa del horizonte
Prende, de un aliento, el Sol.

¡Díganle al obispo ciego,
Al viejo obispo de España
Que venga, que venga luego,
A mi templo, a la montaña!

Yo quiero salir del mundo
Por la puerta natural:
En un carro de hojas verdes
A morir me han de llevar.

No me pongan en lo oscuro
A morir como un traidor;
Yo soy bueno, y como bueno
Moriré de cara al Sol!

(Versos sencillos – XXIII)


El rayo surca, sangriento,
El lóbrego nubarrón:
Echa el barco, ciento a ciento,
Los negros por el portón.

El viento, fiero, quebraba
Los almácigos copudos;
Andaba la hilera, andaba,
De los esclavos desnudos.

El temporal sacudía
Los barracones henchidos;
Una madre con su cría
Pasaba dando alaridos.

Rojo, como en el desierto,
salió el sol al horizonte;
Y alumbró a un esclavo muerto,
Colgado a un seibo del monte.

Un niño lo vio: tembló
De pasión por los que gimen;
Y, al pie del muerto, juró
Lavar con su sangre el crimen!

(Versos sencillos – XXX)




Cultivo una rosa blanca
En junio como enero,
Para el amigo sincero
Que me da su mano franca.

Y para el cruel que me arranca
El corazón con que vivo,
Cardo ni ortiga cultivo;
Cultivo la rosa blanca.

(Versos sencillos – XXXIX)


Abdala. El amor, madre, a la patria
No es el amor ridículo a la tierra,
Ni a la yerba que pisan nuestras plantas;
Es el odio invencible a quien la oprime,
Es el rencor eterno a quien la ataca; -
Y tal amor despierta en nuestro pecho
El mundo de recuerdos que nos llama
A la vida otra vez, cuando la sangre
Herida brota con angustia el alma; -
La imagen del amor que nos consuela
Y las memorias plácidas que guarda

(Fragmento de Abdala- escena V)



MIS HERMANOS MUERTOS

¡Cadáveres amados los que un día
Ensueños fuisteis de la patria mía,
Arrojad, arrojad sobre mi frente
Polvo de vuestros huesos carcomidos!
¡Tocad mi corazón con vuestras manos!
¡Gemid a mis oídos!
¡Cada uno ha de ser de mis gemidos
Lágrimas de uno más de los tiranos!
¡Andad a mi redor; vagad en tanto
Que mi ser vuestro espíritu recibe,
Y dadme de las tumbas el espanto,
Que es poco ya para llorar el llanto
Cuando en infame esclavitud se vive!

Y tú, Muerte, hermana del martirio,
Amada misteriosa
Del genio y del delirio,
Mi mano estrecha, y siéntate a mi lado;
¡Os amaba viviendo, mas sin ella
No os hubiera tal vez idolatrado!
En lecho ajeno y en extraña tierra
La fiebre y el delirio devoraban
Mi cuerpo, si vencido, no cansado,
Y de la patria gloria enamorado.
¡El brazo de un hermano recibía
Mi férvida cabeza,
Y era un eterno, inacabable día,
De sombras y letargos y tristeza!

De pronto vino, pálido el semblante,
Con la tremenda palidez sombría
Del que ha aprendido a odiar en un instante,
Un amigo leal, antes partido
A buscar nuevas vuestras decidido.
La expresión de la faz callada y dura,
Los negros ojos al mirar inciertos,
Algo como de horror y de pavura,
La boca contraída de amargura,
Los surcos de dolor recién abiertos,
Mi afán y mi ansiedad precipitaron.
—¿Y ellos? ¿Y ellos? mis labios preguntaron;
— ¡Muertos! me dijo: ¡muertos!
Y en llanto amargo prorrumpió mi hermano,
Y se abrazó llorando con mi amigo,
Y yo mi cuerpo alcé sobre una mano,
Viví en infierno bárbaro un instante,
Y amé, y enloquecí, y os vi, y deshecho
En iras y en dolor, odié al tirano,
Y sentí tal poder y fuerza tanta,
Que el corazón se me salió del pecho,
¡Y lo exhalé en un ¡ay! por la garganta!

Y vime luego en el ajeno lecho,
Y en la prestada casa, y en sombría
Tarde que no es la tarde que yo amaba.
¡Y quise respirar, y parecía
Que un aire ensangrentado respiraba!
Vertiendo sin consuelo
Ese llanto que llora al patrio suelo,
Lágrimas que después de ser lloradas
Nos dejan en el rostro señaladas
Las huellas de una edad de sombra y duelo,—
Mi hermano, cuidadoso,
Vino a darme la calma, generoso.
Una lágrima suya,
Gruesa, pesada, ardiente,
Cayó en mi faz; y así, cual si cayera
Sangre de vuestros cuerpos mutilados
Sobre mi herido pecho, y de repente
En sangre mi razón se oscureciera,
Odié, rugí, luché; de vuestras vidas
Rescate halló mi indómita fiereza...
¡Y entonces recordé que era impotente!
¡Cruzó la tempestad por mi cabeza
Y hundí en mis manos mi cobarde frente!

Y luché con mis lágrimas, que hervían
En mi pecho agitado, y batallaban
Con estrépito fiero,
Pugnando todas por salir primero;
Y así como la tierra estremecida
Se siente en sus entrañas removida,
Y revienta la cumbre calcinada
Del volcán a la horrenda sacudida,
Así el volcán de mi dolor, rugiendo,
Se abrió a la par en abrasados ríos.
Que en rápido correr se abalanzaron
Y que las iras de los ojos míos
Por mis mejillas pálidas y secas
En tumulto y tropel precipitaron.

Lloré, lloré de espanto y amargura:
Cuando el amor o el entusiasmo llora,
Se siente a Dios, y se idolatra, y se ora.
¡Cuando se llora como yo, se jura!

¡Y yo juré! ¡Fue tal mi juramento,
Que si el fervor patriótico muriera,
Si Dios puede morir, nuevo surgiera
Al soplo arrebatado de su aliento!
¡Tal fue, que si el honor y la venganza
Y la indomable furia
Perdieran su poder y su pujanza;
Y el odio se extinguiese, y de la injuria
Los recuerdos ardientes se extraviaran,
De mi fiera promesa surgirían,
Y con nuevo poder se levantaran,
E indómita pujanza cobrarían!

Sobre un montón de cuerpos desgarrados
Una legión de hienas desatada,
Y rápida y hambrienta,
Y de seres humanos avarienta,
La sangre bebe y a los muertos mata.
Hundiendo en el cadáver
Sus garras cortadoras,
Sepulta en las entrañas destrozadas
La asquerosa cabeza; dentro del pecho
Los dientes hinca agudos. y con ciego
Horrible movimiento se menea
Y despidiendo de los ojos fuego,
Radiante de pavor, levanta luego
La cabeza y el cuello en sangre tintos:
Al uno y otro lado,
Sus miradas estúpidas pasea,
Y de placer se encorva, y ruge, y salta,
Y respirando el aire ensangrentado,
Con bárbara delicia se recrea.
¡Así sobre vosotros
—Cadáveres vivientes,
Esclavos tristes de malvadas gentes—.
Las hienas en legión se desataron,
Y en respirar la sangre enrojecida
Con bárbara fruición se recrearon!

Y así como la hiena desaparece
Entre el montón de muertos,
Y al cabo de un instante reaparece
Ebria de gozo, en sangre reteñida,
Y semeja que crece,
Y muerde, y ruge, y rápida desgarra,
Y salta, y hunde la profunda garra
En un cráneo saliente,
Y, al fin, allí se para triunfadora,
Rey del infierno en solio omnipotente,
Así sobre tus restos mutilados,
Así sobre los cráneos de tus hijos,
¡Hecatombe inmortal, puso sedienta,
Despiadada legión garra sangrienta!
¡Así con contemplarte se recrea!
¡Así a la patria gloria te arrebata!
¡Así ruge, así goza, así te mata!
¡Así se ceba en ti! ¡Maldita sea!

Pero, ¿cómo mi espíritu exaltado,
Y del horror en alas levantado,
Súbito siente bienhechor consuelo?
¿Por qué espléndida luz se ha disipado
La sombra infausta de tan negro duelo?
Ni ¿qué divina mano me contiene,
Y sobre la cabeza del infame
Mi vengadora cólera detiene?...

¡Campa! ¡Bermúdez! ¡Alvarez! Son ellos,
Pálido el rostro, plácido el semblante;
¡Horadadas las mismas vestiduras
Por los feroces dientes de la hiena!
Ellos los que detienen mi justicia!
¡Ellos los que perdonan a la fiera!
¡Dejadme ¡oh gloria! que a mi vida arranque
Cuanto del mundo mísero recibe!
¡Dejad que vaya al mundo generoso,
Donde la vida del perdón se vive!

¡Ellos son! ¡Ellos son! Ellos me dicen
Que mi furor colérico suspenda,
Y me enseñan sus pechos traspasados,
Y sus heridas con amor bendicen,
Y sus cuerpos estrechan abrazados,
¡ Y favor por los déspotas imploran!
¡Y siento ya sus besos en mi frente,
Y en mi rostro las lágrimas que lloran!

¡Aquí están, aquí están! En torno mío
se mueven y se agitan...
—¡Perdón!
—¡Perdón!
—¿Perdón para el impío?
—¡Perdón! ¡Perdón! — me gritan,
¡Y en un mundo de ser se precipitan!
¡Oh gloria, infausta suerte,
Si eso inmenso es morir, dadme la muerte!
—¡Perdón! — ¡Así dijeron
Para los que en la tierra abandonada
Sus restos esparcieron!
¡Llanto para vosotros los de Iberia,
Hijos en la opresión y la venganza!
¡Perdón! ¡Perdón! ¡esclavos de miseria!
¡Mártires que murieron, bienandanza!
La virgen sin honor del Occidente,
El removido suelo que os encubre
Golpea desolada con la frente,
Y al no hallar vuestros nombres en la tierra
Que más honor y más mancilla encierra,
Del vértigo fatal de la locura
Horrible presa ya, su vestidura
Rasga, y emprende la veloz carrera,
Y, mesando su ruda cabellera,
—¡Oh— clama — pavorosa sombra oscura!
¡Un mármol les negué que los cubriera,
Y un mundo tienen ya por sepultura!
Y más que un mundo, más! Cuando se muere
En brazos de la patria agradecida,
La muerte acaba, la prisión se rompe;
¡Empieza, al fin, con el morir, la vida!

¡Oh, más que un mundo, más! Cuando la gloria
A esta estrecha mansión nos arrebata,
El espíritu crece,
El cielo se abre, el mundo se dilata
Y en medio de los mundos se amanece.

¡Déspota, mira aquí cómo tu ciego
Anhelo ansioso contra ti conspira:
Mira tu afán y tu impotencia, y luego
Ese cadáver que venciste mira,
Que murió con un himno en la garganta,
Que entre tus brazos mutilado expira
Y en brazos de la gloria se levanta!
No vacile tu mano vengadora;
No te pare el que gime ni el que llora:
¡Mata, déspota, mata!
¡Para el que muere a tu furor impío,
El cielo se abre, el mundo se dilata!

Madrid, 1872

*Escrito el primer aniversario de la muerte por fusilamiento de diez estudiantes cubanos en La Habana, ocurrida el 27 de noviembre de 1871. Se les había acusado falsamente de haber profanado la tumba de un alto ex-funcionario español; diez años después, se comprobó que no había ocurrido tal profanación.

Tomado de:

http://jose-marti.org/jose_marti/biografia/biografia/biografia02.htm

http://www.juanperez.com/poetas/marti.html